y en la ingravidez del fondo,
donde se cumplen los sueños,
se juntan dos voluntades,
para cumplir un deseo.
Un beso enciende la vida
con un relámpago y un trueno,
y en una metamorfosis
mi cuerpo ya no era mi cuerpo;
era como penetrar al centro del universo.
El abrazo más pueril,
y el más puro de los besos,hasta vernos reducidos
en un único deseo:
Su mirada y mi mirada
como un eco repitiendo, sin palabras:
más adentro, más adentro,
hasta el más allá del todo
por la sangre y por los huesos.
Pero me despierto siempre
y siempre quiero estar muerto
para seguir con mi boca
enredada en sus cabellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario